Carta de Alicia Alonso a "El Tomillar"

A la Escuela Infantil El Tomillar:

Quisiera en primer lugar expresaros públicamente mi dolor por la situación que estáis atravesando. Conozco personalmente al Equipo de esa escuela, y me enorgullezco de poder decir que no sólo hemos desarrollado un prolongado y enormemente satisfactorio trabajo conjunto, sino que hemos establecido relacionados de amistad muy queridas para mi.
Hace nueve años que entré en contacto con dos de sus educadoras a través de un curso de formación y desde entonces no he dejado de trabajar estrechamente con ellas en todo lo que me ha sido posible. Ese mismo año conocí a Milagros y luego al resto del equipo y a las personas que año tras año han ido pasando como tutoras, apoyos o alumnas en prácticas.
Con mayor conocimiento de causa a medida que íbamos trabajando juntas me di cuenta de que este equipo era especial y de que su Proyecto Educativo y sus prácticas cotidianas eran un ejemplo de sensibilidad y conocimiento pedagógico, de ilusión y de dedicación extremas. Con frecuencia se lo decía, pero lo que ellas entendían como halago no hacía más que describir lo que observaba desde dentro, el proceso que habían comenzado hacía ya unos cuantos años, su entrega al trabajo muy por encima de las horas que su profesión les exigía, su fidelidad al Proyecto de la Escuela, pero sobre todo su amor a las criaturas y su gran respeto y colaboración por las familias que forman la Comunidad Escolar que este equipo dirigía.
Mi trabajo y mi contacto con una gran cantidad de centros me ponían en disposición de poder valorar profundamente su labor y una dedicación sin condiciones. Esa emoción compartida por nuestra maravillosa profesión me permitió conocer más en profundidad una dedicación que, encabezada por Milagros, admiro y que he procurado proclamar siempre que he tenido ocasión, tanto a las familias cuando los primeros contactos con ellas me dieron la oportunidad de participar en su estupenda escuela de padres, como entre mis alumnas y alumnos de diversos centros, intentando que conocieran su experiencia, para que compartieran y se extendieran sus buenas prácticas educativas.
No es casual que las familias hayan respondido como lo han hecho cuando se ha puesto en peligro su Proyecto Educativo.
El proceso de funcionarización obligó a una de las mejores educadoras que he conocido a cambiar de profesión y abandonar la Escuela y la Consejería que preside Lucía Figar, sin la menor sensibilidad educativa, ha defenestrado sin contemplaciones a su Directora, junto a otras de esta Comunidad, abocando al centro a la situación en la que actualmente se encuentra. A la Comunidad de Madrid no le preocupa la estabilidad de los equipos de calidad y hace lo posible por destruirla cuando le resultan incómodos para poder desarrollar sus particulares criterios políticos.
El respeto y el tacto que ha mostrado Milagros a lo largo de todos estos años, y muy especialmente en este último, en el que ha tenido que combinar sus obligaciones como representante de la Administración en el centro con sus convicciones y su quehacer como gran profesional de la Educación, no sólo no se han valorado sino que han contribuido a ponerla en la actuales circunstancias. La libertad de expresión respetuosa y las buenas prácticas no es algo que entiendan en esta Consejería.
La lección que las familias están dando, algunas de las cuales tengo la suerte de conocer, es un ejemplo de apoyo a una persona, a un equipo de profesionales y a un Proyecto Educativo.
Personalmente os ofrezco todo mi apoyo y la Plataforma 0-6 de Madrid, de la que también forman parte profesionales del Tomillar y yo misma, está poniendo en marcha actuaciones para denunciar esta situación y oponerse a la misma; por la proximidad afectiva y profesional que mantenemos con esta Escuela y por la propia lucha que hace tiempo hemos emprendido contra la situación que está creando este destrozo en la Educación Infantil de nuestra Comunidad.
Estamos con vosotros y junto al resto de escuelas atacadas y directoras cesadas, que tendrán en sus comunidades escolares un sentir semejante al vuestro, por la falta de respeto que les ha manifestado la Consejería de Educación y las respectivas Direcciones de Área Territorial y por la repulsa que nos causa el desprecio que estas instituciones manifiestan por los buenos Proyectos Educativos y el buen hacer que sus directoras y sus equipos han puesto de relieve.
La unidad de las familias afectadas, la toma de conciencia de que éste no es más que otro eslabón en la destrucción de esta etapa educativa, especialmente de todo lo Público, es fundamental. La represión a la que están viéndose sometidos los profesionales, a pesar de que mantienen en todo lo que pueden sus actuaciones, necesita la reacción de las familias, como Escuelas concretas y como conjunto. Quienes creemos en la Comunidad Educativa, en la plena participación y cooperación de sus distintos sectores sabemos bien que la tarea educativa a desarrollar con las criaturas queda absolutamente coja si no trabajamos juntos. Pero es que además son las familias las que mayor presión pueden ejercer y quienes suelen ser más escuchadas tanto por la propia Administración como por los medios de comunicación.
Mucho ánimo para seguir defendiendo ese maravilloso proyecto, por vuestra creatividad y por vuestro coraje.
Quieren callarnos, quieren agotarnos, pero no lo conseguirán. ¡Juntos podremos!

Un abrazo fuerte
Alicia Alonso